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viernes, 4 de enero de 2008

Cuentos de Ayer, Hambre pa Mañana (8)

Cuento de Navidad

de Charles Dickens Macafú.

SEGUNDA PARTE.

Era de noche y, sin embargo, llovía. Scrooge se encontraba acurrucado en el sillón del salón con el "rifle de emergencia" entre los brazos. Por supuesto, él no creía que tres fantasmas fuesen a aparecer en su casa a lo largo de la noche. Aunque, bien pensado, tampoco hubiese creído que su difunto socio iba a presentarse una hora antes en ese mismo salón.
Scrooge lo había revisado todo. Las puertas tenían puestas los cerrojos, la chimenea ardía, las ventanas estaban cerradas...
- Pero no recuerdo si llegué a cerrar la ventana de la cocina...- Musitó Scrooge para si mismo.
- No lo hizo- Dijo una voz a su izquierda.

Desde luego, pensó Scrooge, el primer fantasma no era, ni por asomo, como él había imaginado. Para empezar, no tenía los colores adecuados. Siempre había creído que los fantasmas eran, en su mayoría, traslúcidos,casi transparentes.En cambio, este lucía una gama de colores negros y grises. Además, estaban esas oscuras cejas de oruga y ese enorme bigote negro que le cubría todo el labio superior, los cuales le daban un aspecto aún más extraño.

- Usted...¿Usted es...?- Comenzó Scrooge.
- El Fantasma de las Navidades Pasadas, por supuesto.- Dijo este, quien se había acomodado en un butacón cercano y se disponía a encenderse un gran uro. Le daría la mano, pero no me apetece, así que disculpe que no me levante.
- Pero...¿Qué está haciendo aquí?- Preguntó el perplejo Scrooge.
Bueno, jugar al polo no, desde luego.- Respondió el Fantasma mientras se acomodaba poniendo los pies sobre la mesa.- Básicamente, estoy aquí para mostrarle como disfrutaba usted de la navidad cuando era un muchacho. Así volverá a inundarle el espíritu navideño y todo eso. No es el mejor de los trabajos, pero alguien tenía que hacerlo.
- ¿Y qué va a hacer?- Preguntó Scrooge.- ¿Trasladarnos mágicamente al pasado para presenciar esa escena?
- Voy a hacer algo mucho mejor- Dijo el fantasma dando una calada a su puro, y luego dio dos palmadas.

Al instante, una luz comenzó a brotar de algún lugar del fondo de la habitación y se proyectó en un muro frente a Scrooge. En el foco de luz, comenzaron a distinguirse diminutas figuras que danzaban y se divertían.

- ¿Reconoces ese lugar, Ebenezer?
- Es...¡Es la vieja zapatería de mi padre!- Exclamó Scrooge, sorprendido.- Están celebrando la Navidad. ¡Recuerdo esa fiesta!
- Entonces- Prosiguió el Fantasma- Reconocerás al muchacho que baila con aquella chica en el centro de la habitación.
- ¡Dios Santo, es cierto!- Exclamó Scrooge mirando al Fantasma, quien sonreía satisfecho- Ese de ahí...¡Es mi primo Oswald!
- ¿Cómo?- Preguntó el Fantasma, desconcertado.- Pero...¿No eres tú?
- ¿Yo? ¡Ni hablar! Mi padre me mataba a trabajar en la zapatería, Incluso el día de Navidad. Realmente nunca le gustaron esas fiestas, solo las permitía por mi madre, para quedar bien con la familia. Ni en sueños me habría dejado librarme de una noche de trabajo.
- Entonces tú eres...
- El chico de el fondo de la habitación, el que está clavando suelas- Concluyó Scrooge.
- Bueno... esto es totalmente irregular- Dijo el Fantasma de las Navidades Pasadas, quien se sentía cada vez más deprimido.- Se supone que esta visión debía recordarte lo felices que era la Navidad en tu juventud y...
- ¡Unas manos llenas de callos y muchas horas de trabajo continuado, eso es lo que me ha recordado!- Grito Scrooge, con enfado.
- Pero...
- ¡Nada de "peros"!- Le interrumpió Scrooge.- Si lo que querías era reabrir viejas heridas con recuerdos desagradables, lo has conseguido. Y ya puedes ir largándote, mañana me espera un largo día de oficina y necesito dormir.
- Yo no...
¡Fuera!

Y el Fantasma de las Navidades Pasadas desapareció, dejando la habitación de nuevo en penumbra, con Scrooge en ella.



El reloj de la sala acababa de dar las dos y Scrooge permanecía sentado en su enorme sillón, tal y como le había dejado el anterior fantasma.
Había comprobado que el asunto de los fantasmas era cierto, así que había decidido permanecer allí sentado esperando al siguiente fantasma antes que tener que despertarse en mitad de la noche para recibirlo. Mientras ensaba en esto, Scrooge observaba como los últimos restos del fuego dea chimenea luchaban por sobrevivir...

- ¿Va a quedarse mirando las llamitas mucho tiempo? Algunos tenemos otras cosas que hacer, sabe?- Dijo una voz a su espalda.

Una vez más. Scrooge comprobó que los fantasmas no tenían el aspecto que el siempre había pensado. Este en particular no tenía unos colores trastocados e irreales como el anterior. De hecho, el efecto que producía este fantasma era completamente opuesto. Era demasiado...real.
Tenía un aspecto desaliñado, una afeitado descuidado y se apoyaba en un bastón que agarraba con su mano derecha. Una vez Scrooge le hubo echado un vistazo al sujeto que se erguía frente a él, le preguntó:

- ¿Es usted el Fantasma de las Navidades Pasadas Presentes?
- No, soy el Conejo de Pascua, así que no me toques los huevos.- Respondió este.

-¿Cómo?- Pregunto el confundido Scrooge.
- ¡Pues claro que soy el Fantasma de las Navidades Pesentes, hombre!- Contestó el Fantasma, y se metió una pastilla en la boca y se la tragó.- ¿Por qué sino iba a estar aquí de pie?
- Ya claro...- Dijo Scrooge.-Por cierto, ¿Cómo has entrado?
- Supongo que eso es un misterio.- Dijo el Fantasma, y comenzó a quitar los cerrojos de la puerta principal.

Scrooge se levantó de golpe y, observando al Fantasma, pregunto:

- ¿Vamos a alguna parte?
- A descubrir el jodido espíritu de la Navidad.- Respondió el Fantasma. sin mucho ánimo.- O a beber hasta emborracharnos, según lo que surja.



- Y por eso Acepté este estúpido trabajo- Concluyó el Fantasma de las Navidades Presentes, dándole otro trago a la bebida que sostenía en su mano derecha.
- Es increíble que haya un bar abierto a las dos y pico de la mañana en Nochebuena- Comentó Scrooge, quien no había escuchado ni una sola palabra de lo que el Fantasma le había contado.
- No es tan extraño- Dijo el fantasma, sin apartar la vista de su bebida.- No todo el mundo puede tomarse el día de Navidad libre, ¿sabes? Algunos tienen que trabajar todos los días para conseguir llevar el pan a casa. En este caso- Dijo echándole una mirada al camarero- toda la noche.

El fantasma cogió su bastón y se levantó. Luego dejó algo de dinero en la barra y se dirigió a la puerta del bar sin mediar palabra.

- ¿Ya te vas?- Inquirió Scrooge.
- Si...- Respondió el Fantasma.-Ya he perdido demasiado tiempo con esta tontería.
- Pero... ¿Qué pasa con la Navidad?
-¿Qué pasa con ella?- Contestó el Fantasma de las Navidades Presentes.- La gente no para de comprar y comprar, se organizan cena con personas a las que no quieres ver ni en pintura a lo largo del año - aunque les aseguras que les has echado mucho de menos- y cuando se acaba, todo vuelve a ser la misma mierda de antes.- Luego le lanzó una última mirada a Scrooge.- Así que no te pierdes nada.

Y se alejó cojeando bajo la nevada noche, mientras Scrooge se terminaba su bebida, decidido a acabar con esta perdida de tiempo (y de sueño) en cuanto llegase a casa.



Eran las tres y cuarto de la madrugada cuando Scrooge abrió la puerta de entrada de su casa y la volvió a cerrar tras de sí, corriendo todos los candados.
Después de las visitas de los dos anteriores fantasmas y de lo terriblemente infructuosas que habían sido, Scrooge no se sorprendió en absoluto al encontrarse a un hombre de por lo menos dos metros de alto de pie sobre la alfombra de su salón.
Su aspecto era, sin duda, tan extravagante como el de los otros dos fantasmas, pero tenía un estilo propio. Aparte de su considerable altura y musculatura, el sujeto vestía una chaqueta negra (de un material que a los ojos cansados de Scrooge le parecieron cuero), un corte de pelo casi militar y unas gafas con cristales oscuros. Además tenía una expresión muy hermética, casi mecánica.
El enorme fantasma se acercó con pasos pesados al lugar de la habitación donde se encontraba Scrooge, bajó la cabeza para verle mejor y preguntó con voz pausada:

-¿John Connor?

-¿Quién?- Preguntó Scrooge.- Yo soy Scrooge, Ebenezer Scrooge.

El fantasma se quedo procesando durante un instante la nueva información que le había proporcionado el anciano frente a él y luego añadió.

- Afirmativo. Ebenezer Scrooge. Cierto. Yo soy...
- ...el Fantasma de las Navidades Futuras, ¿no?- Terminó Scrooge, harto.
- Afirmativo. He venido...
-...a convencerme de que tengo que aprender a apreciar la Navidad, llenarme de su espíritu, ¿no?
- Afirm...
- ¡Pues ya te puedes ir largando de mi casa!

El Fantasma se detuvo a procesar la nueva e inesperada información.


- Negativo. Me han enviado para que recuerdes el espíritu de la Navidad. Si no lo haces.- El Fantasma se encorvó para mirar a Scrooge más de cerca.- Morirás.
- Bueno, de algo hay que morir, ¿no?- Contestó Scrooge resignado.- A mi edad esas cosas las tienes asumidas. Además, moriré rico y sin nadie que me moleste. Las personas están sobrevaloradas.- Luego, se acercó a la puerta principal, quitó los cerrojos y abrió la puerta- ¡Fuera!

El Fantasma de las Navidades Futuras permaneció en silencio, procesando, más tiempo de lo que un hombre ordinario consideraría educado. Al final, sin inmutar su expresión, dijo:
- Respuesta no válida.
- ¿Cómo?- dijo Scrooge, sin comprender.
- Error. Error. Fallo del sistema. Error...
-Oiga- Dijo Scrooge, furioso.- No se de que está hablando, pero lárguese ya de mi...
-...Error. El Sistema no responde. Error...El Sistema...

Scrooge se dirigía al lugar donde había dejado su escopeta cuando se percató de que el Fantasma comenzaba a moverse de una forma fuera de lo común. Su cuerpo sufría una serie de violentas convulsiones que se hacían más frecuentes a cada segundo que pasaba. Asustado, Scrooge corrió hacia su sillón, en la otra esquina del gran salón, y se colocó tras el respaldo de este, usándolo como escudo.

- Error... Error... Err...-Entonces, inesperadamente, el Fantasma de las Navidades Futuras Estalló en una pequeña explosión, dejando de nuevo a Scrooge solo y con medio salón destruido.



La Sala de Justicia del Más Allá no había cambiado mucho en los últimos dos mil años. En realidad, tampoco había mucho que cambiar. Se trataba de una sala con paredes blancas, techo blanco y suelo blanco cuyo único mobiliario consistía en una silla para el acusado y una Enorme mesa (blanca) para el juez. Recientemente habían colgado un cuadro con flores silvestres en él, pero no alteraba demasiado el conjunto.

En la silla del Acusado se encontraba el Fantasma de las Navidades Pasadas, mirando al suelo mientras daba caladas a su puro de manera compulsiva.
El Juez Fantasmal le miraba de forma severa desde su gran mesa:
- Según estos informes, tú, el Fantasma de las Navidades Pasadas, fuiste enviado junto a dos compañeros a casa de Ebenezer Scrooge con la misión de transmitirle a dicho sujeto el espíritu de la Navidad con el objetivo de salvar su alma.- El Juez hizo una pausa para mirar al acusado, peor el Fantasma no levantó la vista del suelo.- En el informe también figura que no sólo no conseguisteis salvar el alma de Scrooge, sino que además, como resultado de las visitas, el Fantasma de las Navidades Presentes se encuentra en paradero desconocido y el Fantasma de las Navidades Futuras...bueno, simplemente no se encuentra.- El Juez Fantasmal volvió a detener su discurso para mirar al Fantasma de las Navidades Pasadas, pero este no paraba de fumar, mirando al suelo.- Por lo tanto solo quedas tu para explicar tal estropicio.
¿Podrías decirme por qué tres fantasmas hechos y derechos no han sido capaces de transmitir a un simple anciano el espíritu de la Navidad?

El Fantasma de las Navidades Pasadas levantó la vista por vez primera: su cara tenía una expresión de amargura depresiva totalmente opuesta a la expresión deseguridad que presentaba en casa de Scrooge. Luego, sin mucho ánimo, contestó:

- ¿Navidad? ¡Paparruchas!


FIN

Lamento el retraso en la entrega de la conclusión de "Cuento de Navidad".
Tras este especial de dos entregas, volveré a la linea habitual de "Cuentos de Ayer..."
¡Hasta la semana que viene!
Macafú.

5 comentarios:

Juanmotto dijo...

Para mí el mejor es el de las navidades presentes XD

Tío me encanta tu sección es genial y cada vez lo haces mejor (aún)

Kry dijo...

Que buenooooo!!! XD
Geniales los tres fantasmas, de verdad XD

Raquelo dijo...

felicidades macafú, tus cuentos son geniales, me ha encantao!!
n_n

Anónimo dijo...

jajajaja que weno lo de john connor ejejeje ha tao genial!! ejeje

Anónimo dijo...

Lo de Terminator era algo necesario en nuestras vidas ... xDDD