¿Quienes somos?

El Conejo Deformado es un grupo de jóvenes de entre 17 y 20 años con una única cosa en mente, hacer reir.

Para ello hemos creado ésta página web para que puedas reírte con (y de) nosotros y para que podámos hacerlo nosotros tambien.

Puedes ver las fichas del equipo completo aquí

El Conejo Deformado consta de cinco secciones principales (haz click en cada una para acceder diréctamente)

- Los Sketchs generales. Los días 1 de cada mes.

- Los Sketchs "La Madriguera del Conejo". Los días 15 de cada mes.

- Expediente J. Análisis de médios. Todos los lunes.

- Frikigüorl. Tiras cómicas. Cada miércoles.

- Cuentos de Ayer, Hambre pa Mañana. Cuentos clásicos... un poco diferentes. Todos los viernes.

sábado, 2 de febrero de 2008

Cuentos de Ayer, Hambre pa Mañana (11)

"Honey, I Shrunk the girl"

("Pulgarcita")

- ¡Hijos! ¡Vendo Hijos!- Gritaba el vendedor tras su puesto en el mercado.- ¡Cómprenlos ahora, oferta dos por uno!- El vendedor se dirigió a una anciana que se acercaba tímidamente a su puesto.- ¡Buenos días, señora!
- Buenos dias- Saludó la anciana, y bajó la voz para asegurarse de que nadie más le oyese.- Siempre he querido tener un hijo pero...
- ¡Ha venido al lugar indicado, señora!- Le interrumpió el vendedor a viva voz, con una sonrisa de oreja a oreja.- Ahora tiene la oportunidad de llevarse un hijo a un precio perfectamente razonable. Un sólo vistazo, y se enamorará completamente de él.- dijo el vendedor sacando algo de debajo del mostrador.

Se produjo un silencio incómodo.

-Es... Es una maceta.- Afirmó la anciana contemplando el objeto que el vendedor sostenía en sus manos.
- ¿Cómo dice?
-Digo que eso no es un niño, es una maceta, señor...
- Escurridizo.- Respondió este.- Ya pero, ¿qué esperaba, que vendiera bebés humanos en medio de la calle? Eso no es legal. Al menos no en este reino. Sin embargo, le prometo que si riega esta maceta dos veces al día, en una semana tendrá un precioso hijo. Cien por cien garantizado. ¡Y sólo son cinco leopoldos!

La mujer miró la maceta con atención. Al fin y al cabo, cosas más raras había visto. ¿Qué tenía que perder?

- Esta bien- Respondió esta.- Me la llevo
- ¿No querría llevarse dos? Estamos de oferta, dos por el precio de una. ¡Y voy a la ruina!
- Muy amable, pero no, gracias.- Dijo la anciana mientras le entregaba el dinero a Escurridizo. Luego se alejó por el mercado, con la maceta en la mano.



Penélope vivía desde hacía muchos años en una pequeña casa en el Reino Feliz del Rey Rufus (apodado cariñosamente por sus subditos como "El Equino"). Y, desde que su querido James murió, no había nadie que le hiciese compañía. Por esa razón, dos meses antes de aquel día, había decidido bajar al mercado y comprobar si los rumores sobre aquel hombre que vendía hijos eran ciertos.
A la vuelta del mercado, Penélope se sintió bastante escéptica. No era lógico que de aquella maceta con tierra fuese ha salir un...bueno, un bebé. Aun así, y siguiendo las instrucciones del vendedor, Penélope regó la maceta cada mañana y cada noche durante una semana.
Así, la anciana pudo comprobar como una flor iba creciendo en la maceta, con sus pétalos cerrados en forma de cúpula. Decepcionada al ver que lo único que salía de aquella maceta era lo que hasta un niño de cinco años podría haber predicho, Penélope regó por última vez la maceta y se acostó en su cama, sintiendome treméndamente sola.
Pero, a la mañana del octavo día, al ir a preparar el desayuno, Penélope descubrió que la flor se había abierto y que, en su interior, dormitaba una pequeña muchacha de unos dieciseis años, del tamaño de un dedo pulgar, a la que decidió llamar (contra todo pronóstico) "Pulgarcita".

A pesar de que no era la hija que la anciana esperaba, Penélope trató a Pulgarcita lo mejor que pudo. Le confeccionó vestidos, le fabricó una cama con una cáscara de nuez y se entreteuvo en triturarle la comida en pedazitos muy, muy pequeños.
Tanta atención por parte de su madre hacía de Pulgarcita una niña muy feliz, por lo que se pasaba todo el día bailando, cantando y haciendo todas esas tonterías que hacen las princesas de los cuentos cuando no se encuentran secuestradas por brujas, dragones o sapos verrugosos.
Sin embargo, Pulgarcita ansiaba tener alguien de su edad (y preferiblemente de su tamaño) con quien conversar, reir y realizar actividades poco recomendables para ser incluidas en un cuento infantil. Este hecho preocupaba mucho a Penélope, ya que no había nada que ella pudiese hacer al respecto.

Un día, mientras Penélope cosía un nuevo traje para Pulgarcita, alguien llamó a la puerta. Cuando la anciana la abrió, no encontró en el otro lado.

- Malditos gamberros...- exclamó esta.
- eh...Disculpe.- Dijo una voz proveniente del felpudo de la entrada.

Con la velocidad del rayo, una diminuta figura alada se situó ante la nariz de Penélope. Era un pequeño muchacho vestido con unas ropas muy elaboradas de color azul cobalto. Cuando estuvo seguro de que la anciana le había visto, el muchacho prosiguió hablando:

- Me llamo Christopher. Soy el príncipe del Reino de las Hadas y estoy aquí para pedir la mano de su hija en matrimonio.
- ¿Príncipe...? ¿mi hija...?¿matrimonio?- Repitió Penélope intentado asimilar la información.- Pero, ¡Si ni siquiera la conoces! Además, estas cosas no se hacen asi. Deberías haber mandado a alguien para anunciar tu visita. Es lo menos que puede esperarse de un príncipe.
- De hecho, lo hice. Estuvo aquí la semana pasada. Y lo aplastaste.- Respondió el principe tranquilamente.
- Oh, ¿En serio? Asi que esa cosa no era una mosca extremandamente grande...- Comentó Penélope.- Bueno ¡Eso te pasa por vestir a tus sirvientes de negro!
- Aun así, le ruego que considere la proposición.- Insistió el príncipe.
- ¿Por qué quieres casarte con mi hija? Ella no tiene alas, ¡No es un hada!
- He elegido a su hija porque corren rumores de que es la chica más bonita del reino.- Contestó este amablemente.- Y en lo que respecta a su hija, SÍ es un hada, solo que demasiado joven para tener alas.
- ¿Que mi hija es un...? Pero, ¡Eso es imposible! ¡Si nació de una flor!
- En efecto, así es como nacemos las hadas. Las hadas macho más jóvenes piensan que lo de la semillita es una metáfora infantil del acto sexual. La mayoría acaban suicidandose cuando descubren que no es así.- Contestó el príncipe con tristeza.
- Así que...eres un príncipe...muy rico...que quiere casarse con mi hija...- Recapituló Penélope.
- Lo vas pillando.- Contestó el príncipe.
- ...muy rico...
- Así es.
- Pero...¡Eso es fantástico!- Exclamó la anciana mientras entraba en la casa para darle la noticia a su hija.

Penélope se paró en seco en la entrada de la salita. En el otro extremo, Pulgarcita miraba por la ventana, melancólica.

- ¡Hija!
-¿Si, madre?- Respondió Pulgarcita.
- Se acabó tu tristeza. ¡Ha venido un príncipe que dice que quiere casarse contigo!
- Un...¿Un principe?- Se extrañó Pulgarcita.
- ¡Sí! Es muy atractivo. ¡Y de tu estatura!
- ¡¿En serio?!- Exclamó Pulgarcita, emocionada.- ¡Eso es increíble, mamá!- Y corrió, con los brazos extendidos, a abrazar a su madre.

Penélope, imitando a su hija, corrió a su encuentro.

-¡Hija!- Exclamó Penélope, llorando de alegría.
- ¡Madre!- Exclamó Pulgarcita en respuesta a la exclamación de su madre, sin dejar de correr.

Penélope siguió corriendo hacia su hija, que se veía aún pequeña en la distancia.

-¡Hija mía!
- ¡Mami! ¡Mami! ¡Ma...!
¡Crack!

Penélope se detuvo en seco. Había perdido de vista a su hija. No lo comprendía, hace un momento se veía tan lejana aun. Tan pequeña...
La anciana reflexionó un poco más sobre aquello.
¿Tan pequeña?

Muy lentamente, Penélope levantó el pie derecho y lo giró para mirarse la suela de la zapatilla.

- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!- Aulló la anciana.


FIN

Lamento el retraso de un día. Me pareció mejor darle un día de margen al nuevo Sketch.
Sketch que, si no habeis visto, ya estáis tardando.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

x dios PULGARRRCITTAAAAA

y no viven felices para siempre???
:( :( :(


jeje me ha encantao, como siempre...lastima q terminara asi pero weno me ha encantao igual

Juanmotto dijo...

Jajajajaja, genial el guiño a Terry Pratchett

Anónimo dijo...

bueno siempre podía comprar otra maceta xD

Raquelo dijo...

jorr xD me encantaba la peli de pulgarcita...

mu chachi macafú!
=D

Anónimo dijo...

Diossssss un cuento con un final desastroso aunque accidental jejeje.
Genial como siempre.

Hacía tiempo que no andaba por aquí, voy corriendo a ver el Sketch.

Saludos.


www.sioncity.wordpress.com

Kry dijo...

Eres un crador de traumas en masa XD
Muy bueno, me ha gustado muchísimo =)